GLORIOSO SUCRE: enero 2010

Antes de retomar las clases

Una buena actitud de los padres frente al colegio transmitirá un ambiente positivo para el retorno.

Comenzar a retomar las rutinas que se abandonaron en el descanso. Los hábitos alimenticios y los horarios de sueño deben regularse de nuevo. Pero eso requiere un tiempo de ajuste, por eso vale la pena hacerlo una o dos semanas antes del comienzo de clases.

Estimular al niño con las cosas buenas que encontrará en el colegio. Ver de nuevo a sus amigos puede ser un 'gancho' interesante.

Ayudar a entender que los cambios producen ansiedad. El paso de preescolar a primaria, de primaria a bachillerato o un cambio de colegio es algo trascendental.

El primer día es bueno acompañarlos al colegio para que sientan el respaldo familiar.

Y, por si acaso, recomiendan desparasitar a los niños para evitar dificultades de salud que pudieran afectar su rendimiento escolar.

Cómo ser un buen estudiante

Socialmente: se requiere un vínculo positivo y respetuoso con el maestro.

Emocionalmente: sentirse seguro y libre de amenazas garantiza las condiciones óptimas para aprender. En situación de temor, los procesos cognoscitivos se bloquean.

Cognoscitivamente hay varios aspectos importantes:

Atención: es considerada uno de los repertorios básicos del aprendizaje. Cuando se pone atención por tiempo suficiente se transfiere la información de corto a largo plazo.

Memoria: es tan importante como la comprensión pues el solo recuerdo no es suficiente. Sin embargo, sin memoria no hay aprendizaje.

Autoconocimiento: es importante que el estudiante identifique su estilo de aprendizaje (viendo, escuchando o haciendo) para poder maximizarlo.

Organización: es mas fácil recordar y hacer conexiones y asociaciones cuando se organiza la información conceptualmente.

Capacidad de escucha: es una habilidad que se adquiere. Sentarse cerca al profesor y tomar notas pueden facilitar la concentración mientras se escucha.

Aprendizaje activo: sintetizar la información, hacer diagramas y mapas mentales refuerza lo aprendido y hace la diferencia entre un estudiante promedio y uno bueno.

Fortalecer la disciplina y los hábitos en casa

Las rutinas claras en casa favorecen el éxito escolar. Por eso los padres deben esmerarse en crear hábitos. Según expertos, para hacerlo sólo falta repetir el mismo esquema durante 21 días. Así, el día 22 ya es un asunto aprendido.

Destinar un horario y un lugar apropiado para hacer tareas. Debe ser un sitio cómodo, bien iluminado y donde se tengan a mano los elementos necesarios para estudiar.

Distribuir equilibradamente los tiempos de descanso y de tareas. Y hacer pausas de cinco minutos por cada hora de estudio.

Apoyar a los niños en el desarrollo de sus tareas. Si las hacen solos, hace falta una revisión para corregir eventuales errores y que sientan el interés de los padres.

Fomentar el uso adecuado de Internet y la televisión. Los padres deben regular el tiempo de uso y la selección de programas o sitios a visitar en la red.

Estimular la práctica de algún deporte o actividad extracurricular. Estas ayudan a ocupar productivamente el tiempo libre y mejoran la disciplina.

¿Cómo ayudar con las tareas según el tipo de niño?

Los métodos de estudio para llevar a cabo con éxito las tareas siguen en general las mismas pautas para todos los niños; sin embargo es muy importante atender las diferencias individuales de ellos y adaptar algunos procedimientos y normas a su propio ritmo.

Por esto, es importante estar al tanto del estilo de trabajo de cada niño y ayudarle a reconocer sus fortalezas, y a identificar y superar sus debilidades.

El niño lento

Se toma más tiempo del indicado para hacer las tareas, escribe más despacio, y muy seguramente al tomar nota, en el salón de clase, sobre las tareas pendientes lo hace menos rápido que los demás. Suele quejarse de tener poco tiempo para terminarlas.

¿Qué hacer?

· Ayudarle a planificar las tareas de acuerdo a su ritmo.
· Esté pendiente de cuándo termina la tarea, así tendrá una idea de su desempeño.
· Evite insultarlo, o acusarlo de torpe, lerdo o despacioso.
· Juegue a "Vencer el reloj" para hacer la tarea en cierto tiempo, pero si termina antes tiene un premio.
· Alguna otra forma de reconocimiento que usted escoja, como una salida al parque, bastará para crear la motivación.
· No lo presione, esto puede hacer que se resista más.

El niño perezoso

Se queja permanentemente de la cantidad y extensión de las tareas. Le cuesta trabajo terminar lo que empieza. Pide ayuda constantemente y muchas veces se las arregla para que sus padres le ayuden con gran parte de las tareas. Prefiere el menor esfuerzo así no tenga las mejores realizaciones.

¿Qué hacer?

· Haga un contrato de tareas, que incluya puntos y premios cada vez que termina las tareas a tiempo.
· Un juego de ruleta, con distintos reconocimientos también puede funcionar igual.
· Revise el método de estudio.
· Acompáñelo al comienzo de la tarea.

El niño que tiene afán

Es el que hace la tarea de manera apresurada porque quiere seguir con sus otras actividades. Le cuesta trabajo reconocer que es el tiempo de las tareas y que hay que hacerlas bien. Es importante mostrarle al niño que no hay ventaja en apurarse en hacer la tarea.

¿Qué hacer?

Asigne una hora de estudio para las tareas. Si el niño no tiene, en todo caso debe trabajar durante esa hora en una labor intelectual. Si el niño acaba rápido, en todo caso debe seguir haciendo algo académico hasta que concluya la hora.

El niño olvidadizo

Es el que olvida las tareas con frecuencia. Pierde los cuadernos, la agenda o los implementos para realizar las tareas. No sabe con exactitud para qué fecha es la tarea o cómo espera el profesor que la realice.

¿Qué hacer?

· En este caso lo mejor es usar una agenda. En la agenda el niño debe escribir todo lo que tiene que hacer de tareas cada día, de manera que no pueda olvidar los útiles pertinentes para cada labor.
· Fije el horario en su cuarto, le ayudará a visualizar el momento de cada actividad.
· Utilice el sistema de puntos para que acumule cuantos más pueda cada vez que su hijo haga bien la tarea porque recordó llevarla. Cuando complete cierto número de puntos ganará un premio.

Otros tipos de niños

Cuando se trata de ayudar según el tipo de niño, es posible que los padres cataloguen a sus hijos de distintas maneras; por ejemplo como, el niño hablador que habla mucho en lugar de prestar atención; el niño impaciente, porque le cuesta trabajo terminar sus deberes, desea saberlo todo al momento y si algo no resulta como quiere, se desespera. Otros, sobresalen por ser desorganizados, o simplemente por pretender rechazar las nociones de orden de los padres.

¿Qué hacer?

· Haga con su hijo un plan de trabajo en cada jornada.
· Incluya periodos de descanso entre tarea y tarea.
· Destine los primeros minutos para disponer los materiales a mano.
· Ayúdele a dividir en pasos cuando los trabajos son a largo plazo.
· Ayúdele a identificar en qué radica la dificultad.
· Evite todos los estímulos que lo puedan distraer.
· Dele argumentos prácticos sobre los beneficios del orden.
· Permítale cierto desorden.
Fuente:

http://www.eltiempo.com/vidadehoy/educacion/comienzo-de-temporada-escolar_6969507-1